Crónica Ruta Calle: Al Otro Lado del Camino
Dedicado a su canelo mirar
Se respira helado en las asimétricas veredas maipucinas. En medio de Costa y Andes se realiza la Ruta Calle.
Calle a calle de un zigzagueo transitar, los Rucos son visitados y anchan caminos que estallan en el anhelado encontrar de una ternura casual.
El vagón galopante de la Línea 5 traza de reojo al ruco con bandera de solitaria estrella anidada a la enmohecida maleza en la intemperie del Zanjón de la Aguada. Vivir en calle es otra forma desbocada de hacer patria.
Quizás no es un rostro sino varios rostros que se expresan en aquel fruncido mirar, habitante siempre detrás y nunca delante de la escenografía nacional.
Avanza la Ruta Calle al ladito de la 506. En las bocinas apuradas, el chirrido del Hyundai a medio morir andando, el kilo de plátanos a 2 lucas y el griterío escolar de 15 minutos son silenciadas por el telón arrítmico de aquella mujer de canelas pupilas.
El amor pierde sinceridad en la noche de oscuridad, colilla al suelo y tintos labios. Ella retorna a sí misma sin extraviar su canelo mirar y ese caminar digno y ese andar cálido resistente a la voraz intimidad vestida de pantalón largo y embarrados zapatos
En la palidez del desamparo van cosidas humildes esperanzas ocultas bajo el umbral de la almohada encendidas por un acanelado parpadear.
El reloj de mediodía se confunde con el relampagueo de neumáticos que desfilan por la Autopista del Sol. Al otro lado del camino tres rucos y un amor dicen presente en el vecindario de Maipú.
“Gracias por venir y acordarse de nosotros”
Siete palabras para recordarnos que la vida camina frente a nuestros ojos cerrados.
Cruzando la carretera otro ruco espera. El grisáceo concierto de nubes se contradice con el verdor florido que conduce la Ruta Calle.
»Para mi tristeza, violeta azul
Clavelina roja pa’ mi pasión
Y para saber si me corresponde
Deshojo un blanco manzanillón»
Maipú antes de ser Maipú derivó de Maipü cuyo significado en mapuzungun es tierra labrada.
“Laborando el comienzo de una historia sin saber el fin”, la Ruta se ciñe al riel maipucino esquinado por rucos arremangados de negras bolsas, genuinos paraguas artesanales desafiantes del filudo invierno.
Termina la Ruta Calle y bienvenida Feria de Servicios. El Sol maipucino se ha inclinado al son de la melodía callejera de dolores solitarios y su canelo acurrucar.
Y para saber si me corresponde
Deshojo un blanco manzanillón
Cada mirada, sea fruncida o canela es una invitación a saltar el torniquete de la indiferencia. Es preciso defender la resistencia del amor de amores como resiste la vida al otro lado del camino.
Continuar en ruta a la búsqueda de otro ruco para poder entrar y tocar por dentro. Con más cariño, con más pasión.